Al leer escritos sobre aquellos tiempos, muchas veces presentan a las mujeres como "con la pata quebrá" y en casa, dejando al hombre hacer... Y no sé si será sólo mi caso, pero yo ahora veo que en verdad eran ellas las que manejaban el cotarro... Personas que conseguían salir adelante con los cuatro duros que cobraban sus maridos, o siendo viudas sin pensión, cuidar y criar a cuatro hijos.
En aquellos años, siendo una niña creo que no prestaba tanta atención como ahora al pensarlo, me habría gustado, y cuando sí estaba atenta... en fin, ya lo dijo aquel, a veces la memoria no es un lugar seguro.
Me habría gustado tener una grabadora y tener ahora sus anécdotas y batallitas para el recuerdo. O mejor aun, tener mi cámara de vídeo y haberlas grabado...
¿No estaría chulo? Esa es la parte de la historia más interesante, vidas de gente normal, que en verdad son bastante extraordinarios/as, su día a día... no personalidades firmando decretos y tomando decisiones de las que salen luego en los libros de historia.
Como homenaje a ellas he creado el personaje de Faustina, ella a ojos de todo el pueblo, parece una cabra loca, es la única chica joven que queda en el pueblo tras la guerra y en secreto la miran como pensando "pobrecita que se va a quedar sola y soltera cuando nosotros no estemos". Pero Faustina es mucho más lista de lo que la gente cree y en cuanto ve aparecer a Roland en el Pueblo "X" Faustina se esmerará en averiguar la forma de conseguir pasar más tiempo con él, juntos y quizá conseguir que él se quede en el Pueblo "X".
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